La creciente tecnología, cuando va acompañada de prácticas económicas explotadoras, empobrece a muchas personas, y hace que se autoperpetúe la pobreza. Por lo tanto, no contamos como moralmente responsables a los pobres por su estado económico.
Para comenzar a aliviar la pobreza, apoyamos tales políticas como: mantenimiento de ingresos adecuados, educación de buena calidad, vivienda decente, capacitación para el trabajo, buenas oportunidades para el empleo, cuidado médico y hospitalario adecuado, y la humanización y revisión radical de los programas de bienestar social. Puesto que los salarios bajos a menudo son la causa de la pobreza, los empleadores deben pagar a sus empleados u
n salario que no les haga necesario depender en subsidios gubernamentales tales como las estampillas de comida o el programa de bienestar social para su sustento.
From The Book of Discipline of The United Methodist Church - 2000. Copyright 2000 by The United Methodist Publishing House. Used by permission.
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